top of page
  • Instagram
  • TikTok
  • Facebook

“Hay que emprender como quien moldea lo invisible”

IMG_5472.png
Dulce Pérez Colmenárez. Fotos de Ernesto Gutiérrez dentro de La Coralina Island House por Luis Gómez @gomezsufilms

En tiempos donde el emprendimiento suele venir acompañado de fórmulas, proyecciones y hojas de cálculo, hay quienes eligen otro camino: el de la intuición. Un camino imperfecto, lleno de decisiones abruptas, desafíos logísticos y bifurcaciones inesperadas. Para este empresario, cuya trayectoria abraza universos tan diversos como la hotelería, la minería, la biotecnología y la ganadería, el acto de emprender no ha sido una fórmula estratégica, sino una expresión creativa, una pulsión intuitiva, visceral y profundamente conectada con la transformación. Es crear donde antes no había nada. Es mirar el vacío como posibilidad y darle forma sin fórmulas como lo haría un escultor frente a la piedra, o un compositor frente al silencio

IMG_5574.png

No hay estudios de mercado ni planes financieros que le marquen el rumbo; y es que sus proyectos se sostienen por la pasión, la continuidad y los recursos que Ernesto sabe canalizar con maestría. Así define el ritual que acompaña el nacimiento de sus emprendimientos: “Sin ceremonias ni certezas, esos impulsos iniciales germinan, se transforman en unidades de negocio. Lo que sigue es una travesía de ajustes constantes, decisiones complejas y numerosos tropiezos. Son esos desatinos los que más enseñan”.

 

Ese principio rector ha impregnado cada iniciativa que lidera: desde complejos inmobiliarios y desarrollos ecuestres hasta startups tecnológicas y centros de bienestar. Un universo amplio y diverso de inversiones que encuentra su centro de gravedad en una única constante: la experiencia humana.

Un amor fortuito por Panamá

 

Su vínculo con Panamá fue azaroso y profundo. “Había venido por negocios relacionados con el transporte marítimo, y luego también visitando el Pacífico en Santa Catalina para surfear”. Pero fue Bocas del Toro lo que lo enamoró. Llegó navegando con la intención de hacer escala en el archipiélago antes de seguir hacia la Polinesia. Sin embargo, la magia del lugar lo detuvo. “Me quedé. Encontré el lugar que por muchos años había soñado: islas, olas, agua transparente, cocoteros… casi la definición de un paraíso”.

 

Dejó su barco en Isla Colón. A los dos años compró una propiedad en la que construyó su casa y, tiempo más tarde, La Coralina Island House: un hotel que eleva la experiencia turística en el Caribe panameño. “Desde el principio, cuando vivía en el barco durante largas temporadas, no encontraba en la isla el hotel que yo buscaba. Entendí que podía haber visitantes que quisieran lo mismo: un nivel más alto de hotelería con los estándares de las mejores cadenas internacionales. Por eso lo construí”.

 

La Coralina y el arte de edificar memorias

 

La Coralina fue el puntapié inicial de sus inversiones en el sector hotelero. Hoy, su grupo cuenta con diversos hoteles, ski resorts y lodges de pesca ubicados en parajes extraordinarios. “Son experiencias que trascienden lo meramente turístico para insertarse muy adentro de una manera reveladora y motivante. Espacios que ponen en pausa nuestro diario trajín, para permitir un verdadero reseteo y reencuentro con uno mismo”.

 

Más que un hotel boutique, La Coralina es un concepto en expansión. Está dirigida a un huésped que busca algo más allá del viaje. “El bienestar físico y espiritual es hoy uno de los nichos de mayor crecimiento mundial. Ya ha superado el negocio farmacéutico y representa alrededor del 4% del PIB global, con un crecimiento anual del 6%”. Y lo que representa en términos económicos, también lo encarna a nivel humano: una forma de vivir con más plenitud, conexión y longevidad emocional.

 

Legado y comunidad

 

En Bocas del Toro, La Coralina ha sembrado una semilla que empieza a dar frutos. “Nuestra creencia de que el destino podía ser prémium es hoy una realidad, acompañada por nuevos emprendimientos hoteleros de alto nivel”. Ese impacto se refleja tanto en lo urbano como en lo humano.

 

Solo en La Coralina trabajan 140 personas de manera directa. “Todo el staff está inmerso en un cotidiano incremento de sus conocimientos que los hace crecer como personas y los empodera”. Además, el proyecto impulsa iniciativas sociales que promueven el deporte, la integración escolar y el desarrollo de niñas y niños. “Incentivamos el surf, apoyamos la escolarización y brindamos herramientas para su desarrollo físico y social. Algunos ya han obtenido logros deportivos a nivel nacional e internacional”.

IMG_5564.png

 “Pensar en grande no es una ambición, es una responsabilidad”

IMG_5492.png

El vínculo con la naturaleza como principio ético

 

La Coralina convive entre el mar y la selva. Esa localización privilegiada también implica una responsabilidad ambiental. “Hoy ninguna empresa puede sentirse exitosa sin tener en cuenta tres grandes factores: su relación con el medioambiente, su correspondencia con las comunidades y una acción social definida y sustentable”.

 

Por ello, sus esfuerzos incluyen reforestación de especies nativas, reimplantación de corales dañados por el cambio climático y protección activa de ambos ecosistemas. “Durante años fui presidente de Surfrider Foundation en Argentina. El lema sigue siendo el mismo: ante cualquier decisión, primero el medioambiente”.

 

Para él, equilibrar desarrollo y sostenibilidad es una convicción, no una moda. “Es una ecuación delicada. Pero cuando la naturaleza sopesa inequívocamente cada decisión, las respuestas se vuelven claras”.

 

 “La evolución tiene sus raíces en el caos; lo perfecto es enemigo de lo posible”

Un liderazgo que impulsa

 

Su estilo de liderazgo no se encierra en manuales corporativos. Funciona desde la confianza y la descentralización. Cada unidad de negocio está apoyada por un Family Office que presta servicios administrativos, pero la ejecución está a cargo de un CEO general (su hijo Fermín) y un equipo de gestores, mientras él permanece “encima de cada emprendimiento”, revisando el core business y acompañando la visión.

 

“No sé si es un estilo definido”, reflexiona. “Pero el management tiene libertad operativa para exhibir todo su potencial. Un grupo de ayuda, recursos… más una inyección de pasión continua”. La estructura permite dinamismo, pero el alma del proyecto es lo que lo sostiene. Una presencia que motiva, corrige y evoluciona.

 

Uno de sus aprendizajes más importantes surgió en el sector aeroportuario, donde lideró la empresa privada más relevante dedicada a construir y operar terminales en cinco continentes. “La mayor enseñanza que me dejó esta experiencia fue pensar en grande”.

 

Su consejo para emprendedores que desean transformar realidades es directo: “La clave del éxito está en uno. En la dedicación, en no salirse del camino ante los problemas. En continuar hacia el destino con decisión y, sobre todo, con pasión”. Para él, los desafíos no son obstáculos, sino escuelas. “Los problemas son fuentes de enseñanza… lo importante no es lo que sucede, sino lo que hacemos con la vivencia”.

 

Para finalizar, sentencia: “Hay que emprender como quien moldea lo invisible: con intuición, coraje y la certeza de que la imperfección también pueden construir legado”.

IMG_5431.png

 “Ante cualquier decisión, primero el medioambiente”

Copia de 4.png

El secreto del éxito

 

¿Y el secreto para crear negocios rentables? “Está en los detalles”, asegura. “Descubrirlos, atenderlos, acomodarlos, subsanarlos e incrementar su eficiencia. La sumatoria de esos pequeños actos conlleva al éxito”.

 

 

Aspiraciones en expansión

 

Entre sus sueños por concretar, surge un nuevo proyecto: un centro de investigación científica y aplicación dedicado al bienestar, la salud y la longevidad. Un espacio donde la ciencia y el espíritu se encuentren para explorar nuevas formas de prosperidad sostenible.

 

 

Una vida que se aclama como arte

 

Sobre imaginar un mundo ideal, se muestra escéptico. “La esencia humana es demasiado compleja como para pensar que puede moldearse a criterio propio. Lo perfecto es enemigo de lo posible. La evolución tiene sus raíces en el caos, en la imperfección que motoriza el cambio”.

 

Reconoce que los grandes fracasos históricos han nacido de intentos de moldear la sociedad desde ideales rígidos, sin contemplar la diversidad y libertad individual. “Nuestra naturaleza gregaria nos conduce a veces a comportamientos que dejan mucho que desear. La historia está llena de ejemplos de ideales que, por convicción o por poder, eliminaron lo humano en nombre de lo perfecto”.

 

 

Su equilibrio personal lo encuentra en actividades que lo conectan consigo mismo y con la naturaleza: surf, polo, esquí, pesca con mosca, buceo libre, navegación. “Mi vida es un hobby. Los negocios son mi hobby”. Tiene mil cosas por hacer y disfrutar, y sonríe al decir: “Necesitaría un par de vidas más para hacerlas todas”.

2.png

Conoce más en:

@lacoralinaislandhouse

¡Suscríbete!

¡Gracias por suscribirte!

© 2024 REVISTA AUNO PANAMÁ

  • Blanca Facebook Icono
  • TikTok
  • Blanco Icono de Instagram
bottom of page