Para el debut de Maximilian Davis en Ferragamo, el diseñador devela un nuevo amanecer para la marca: un renacimiento de su historia en Hollywood. "Quería rendir homenaje a los inicios de Salvatore en la cultura de Hollywood, y el nuevo Hollywood", explica Davis. "Su facilidad y la sensualidad; su atardecer y su amanecer"
Este fresco lenguaje del lujo mezcla la claridad contemporánea con la pureza de la marca florentina: un homenaje al hogar de la casa. La elegancia etérea se materializa a través de tejidos transparentes, seda líquida y capas de organza, pero aparece aterrizada por las sandalias de ante extraídas de la realidad renacentista, y el encanto tangible de los accesorios pulidos.
El glamour lánguido y playero del nuevo Hollywood se complementa con destellos de fetichismo: cueros brillantes, ajustes de segunda piel y micro shorts. Las prendas esenciales para el día a día -camisetas de tirantes, cuellos de polo, leggings- parecen casi perversas en su simplicidad. Las prendas de punto ligero se tejen a lo ancho para revelar la piel que hay debajo, o son tan finas que parecen translúcidas. Incluso los trajes de noche están impregnados de despreocupación. En los brillantes zapatos rojos que Ferragamo hizo para Marilyn Monroe en 1959, la colección aparece salpicada de cristales: los de Hollywood, el brillo y el glamour refractados de nuevo.
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