El talento por diseñar edificaciones lo afinó en la Universidad San Buenaventura de Cali, Colombia, donde se graduó como arquitecta. Sin embargo, su carrera no despegaría exponencialmente en su país natal, sino en Panamá, al ofrecerle la oportunidad de participar en una de las construcciones más icónicas de su capital: el Trump Ocean Club International Hotel and Tower (actual JW Marriott). A raíz de esta labor, recibió más invitaciones para formar parte de obras de renombre que le permitieron destacar entre prestigiosos fabricantes y proveedores internacionales. Así, Isabel ha logrado ser reconocida en nuestro país por trabajar exitosamente con equipos multidisciplinarios, destreza que le ha permitido hacer realidad los proyectos arquitectónicos más desafiantes
Dulce Pérez Colmenárez. Fotos por Juan Vírgüez
Para este 2023, vienen cosas increíbles para Isabel: actualmente, está trabajando como project management en una obra residencial en Coronado. “Esta oportunidad me tiene muy emocionada, ya que el concepto rompe con todos los esquemas de casas de playa que vemos en Panamá”.
También se encuentra desarrollando el máster plan de una obra hotelera dentro de una isla del océano Pacífico, la cual contará con un concepto de hospitalidad exclusiva, a fin de ofrecer servicios y comodidades excepcionales para el nuevo mercado de turismo internacional. “Además, estoy ideando varios proyectos que se enfocan en el short rentals, donde diseñamos, construimos y administramos obras de grande y mediana escala”.
Exitosos retos que ha venido cosechando desde que su familia decide trasladar su constructora de Colombia a Panamá. “Fue así como comencé a conocer este país, además de encariñarme con sus paisajes, por lo cual no fue difícil mudarme, sobre todo, al recibir la excelente propuesta de ser parte de la construcción del Trump Ocean Club”.
Luego de realizar satisfactoriamente esta labor, se integra al equipo de una de las firmas panameñas más importantes: Mallol Arquitectos. “Trabajé con ellos por más de 5 años, por lo que se convirtió en una de las experiencias más satisfactorias de mi carrera. Gracias a su larga trayectoria y amplia experiencia, Mallol me ayudó a solidificar habilidades valiosas, que hoy día forman parte de mi desarrollo profesional”.
Actualmente, Isabel es una reconocida arquitecta entre los más prestigiosos fabricantes de todo tipo de productos y profesionales con alto grado de experticia que se dedican a la construcción. “La oportunidad de volverme especialista en selección, especificación y compras internacionales (cargo que se conoce como procurement) se dio en el Trump Ocean Club”.
“Saber que la constancia y el trabajo duro rinden frutos. Además de trabajar con personas talentosas y respetadas en la industria, me ha proporcionado constantes oportunidades de aprendizaje y crecimiento profesional”
Allí entró como residente de obra, carrera que venía desarrollando en Colombia; pero, a los pocos meses, la trasladaron al departamento de compras y luego como directora de adquisiciones para la oficina de acabados. “Así que, durante 5 años, fui la persona encargada de licitar, gestionar y coordinar todas las compras de acabados para este megaproyecto”.
De esta forma, fue aprendiendo que es vital combinar la experiencia con las destrezas, a fin de lograr el éxito de cualquier proyecto arquitectónico a gran escala. “Ser capaz de liderar y motivar al equipo de ingenieros, arquitectos y diseñadores con el que trabajo, a fin de cumplir con los objetivos y plazos establecidos, es una de mis virtudes, además de ponerle mucha pasión a lo que hago”.
Gracias a este último talento, ha asumido importantes desafíos como el Panamá Design Center, La Maison by Fendi Casa y Hyde Wanders & Yoo. “En cada una de estas tres obras, presté gran atención a los detalles, enfocándome en materiales exclusivos de alta calidad y elegancia como, por ejemplo, el mármol que ha sido tradicionalmente considerado como un elemento de lujo, debido a su belleza, durabilidad y versatilidad”.
Hoy en día, uno de los proyectos que atesora con mucho cariño es The Towers Paitilla, ya que le permitió introducir un nuevo concepto a la arquitectura panameña al basarse plenamente en la suntuosidad y el confort. “Este se centra en crear espacios funcionales que ofrezcan una atmósfera relajante y acogedora con un alto nivel de sofisticación, mediante acabados de alta calidad, materiales lujosos y tecnologías avanzadas”.
Como su project management, coordinó la construcción del nivel 46, el cual cuenta con una piscina infinita bellísima y única, ya que sus mosaicos fueron seleccionados especialmente para esta obra. “Asimismo, cuenta con tecnología luminiscente que se recarga con el sol, por lo que se puede apreciar —durante más de 4 horas— la luz que emana durante la noche, efecto que crea hermosamente la ilusión de estar apreciando estrellas internas”.
“Ser reconocida como una arquitecta que ha trabajado con los mejores del mundo es un logro impresionante. A lo largo de mis 20 años de trayectoria es, sin duda, una sensación de orgullo y satisfacción”
Además de la arquitectura, Isabel posee dos grandes pasiones: criar a sus hijos y viajar. “Mis pequeños me inspiran y motivan a ser la mejor versión de mí; el viajar me ayuda a ampliar los horizontes y me permite experimentar nuevas culturas y diferentes formas de pensar, que suele ser muy enriquecedor al momento de diseñar y construir”.
Al combinar estos dos mundos, viene a su mente un proyecto AUNO para la ciudad. “Sin lugar a dudas, sería una obra recreativa para los niños, ya que es una forma divertida de liberar el estrés y la ansiedad que, actualmente, están viviendo. Me imagino un espacio construido con materiales urbanos que aguanten las incidencias del clima, donde se fomente la coordinación, equilibrio y destreza física de los más pequeños, elementos esenciales para su desarrollo físico, emocional y social”.
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