Soy parte de este movimiento, porque aspira a transformar la mentalidad de todos los que vivimos en este planeta a través de un sencillo acto: ¡con las compras! Esas que hago día a día en el mercado, la farmacia, las tiendas de ropa… y por medio de las cuales podremos retornar algo a nosotros y a nuestro medioambiente, participando en actividades y challenges divertidos al estilo de Bericool.
Este nombre, más allá de un negocio, nos invita a ser parte de una red que apoya a nuestro entorno; por eso, no solo me uní como inversor y consultor jurídico del proyecto, sino que también creo en su filosofía: salvar al planeta, apoyando a las mejores fundaciones y organizaciones no gubernamentales que tienen experticia en el tema, las cuales serán elegidas por la propia comunidad que se forme alrededor de Bericool.
Y esto es totalmente chévere: hacer que cada país cuente con una red Bericool que decida cuál es la mayor preocupación que tiene en su entorno, a fin de solventarla. Por ejemplo, podría ser la reforestación en Costa Rica, la adopción de mascotas en México, la distribución de medicinas en Colombia…
Otros de los aspectos que me gusta de Bericool es que nacerá desde Panamá, país donde resido actualmente y, aunque la nación es pequeña dentro de la región y le falta camino para desarrollar más conciencia ecológica —como ocurre en toda nuestra Latinoamérica—, será punta de lanza para que otros países se entusiasmen en unirse a este movimiento.
De esta forma, estoy totalmente seguro de que crearemos un mundo Bericool, donde los comercios tendrán la responsabilidad social de regresar parte de sus ganancias al ambiente, a las comunidades y a su entorno, pero de una forma dinámica, entretenida, responsable y definida por la propia red Bericool, que se desarrolle en cada país.
Por ejemplo, imagínate que te provoca una hamburguesa y, seguramente, pensarás si la adquirirás en un comercio Bericool —que eligió donar un porcentaje del monto de esa venta a un proyecto medioambiental— o en un local cualquiera… Seguro hasta pensaste escoger la tienda que esté más cerca a tu hogar o te ofrezca más toppings pero, al final, la elección será muy fácil: la que revierta un beneficio a tu entorno y, además, te permita acumular puntos que podrás canjear por productos o servicios —un café, una gaseosa—. De esta forma, ¡ganarás tú y el planeta!
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