Andrea Perdomo y la alquimia emocional de Porsche
- AUNO PANAMÁ
- hace 46 minutos
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Desde el Porsche Center Panamá, esta gerente de mercadeo ha convertido el prestigio en cercanía, la ingeniería en experiencia y el liderazgo femenino en una fuerza transformadora. En esta conversación íntima, nos revela cómo se construye una marca de lujo desde los sentimientos, la coherencia y la intuición estratégica

Dulce Pérez Colmenárez. Fotos por Luis Gómez @gomezsufilms
Mantener la esencia de Porsche en un mercado como el panameño fue, para Andrea Perdomo, un reto que exigía más que adaptaciones comerciales. “El consumidor local valora la exclusividad, pero también busca cercanía y autenticidad”, explica.
La solución no vino de una campaña, sino de una filosofía: convertir el concesionario en un hogar, el producto en una vivencia y la marca en una relación. “No vendemos autos, creamos memorias”, afirma con convicción. Esta estrategia, la cual se basa en vínculos humanos, personalización profunda y momentos significativos, ha sido clave para atraer nuevos clientes y fidelizar a quienes ya forman parte de la familia Porsche.

Gracias a esta premisa, Andrea ha aprendido que, en el universo del lujo, los indicadores tradicionales no bastan. “El verdadero éxito se mide en lealtad, percepción y conexión emocional”. Más allá de las cifras, lo que importa es la tasa de recompra, la participación en eventos, la satisfacción posterior al servicio y la recomendación espontánea; y es que, en el luxury, lo que experimenta cada cliente con el producto vale más que cualquier número.
Objetivo que se vuelve aún más relevante frente a un consumidor que está cambiando. En los próximos cinco años, Andrea visualiza una evolución hacia decisiones de compras más conscientes, donde la sostenibilidad, la autenticidad y la tecnología conectada serán protagonistas.
Tomando esto en cuenta, Porsche deberá seguir equilibrando tradición e innovación; por ello, seguirá fortaleciendo su línea eléctrica, profundizando la personalización y elevando la experiencia digital. “La pasión de esta marca se siente desde el primer instante”, asegura. Y para quien desee experimentarla no como espectador, sino como protagonista, la invitación está abierta: basta cruzar las puertas del Porsche Center para descubrir que el verdadero lujo no se explica, se vive.
“El producto es excepcional, pero el equipo Porsche, la forma en que atiende y acompaña, es lo que realmente construye fidelización”, reflexiona. En sus once años de trayectoria, ha comprobado que la consistencia, la empatía y la excelencia en los detalles son los pilares que sostienen el prestigio.
“El verdadero éxito se mide en lealtad, percepción y conexión emocional”
Por cierto, si le tocara expandir la marca en otra región, pondría en marcha tres estrategias fundamentales: adaptar el luxury al contexto local, cultivar embajadores auténticos y diseñar experiencias memorables, porque en el nuevo lujo, la vivencia supera al discurso.
Es importante recalcar que Andrea no solo dirige una marca, sino que encarna una visión que se acompaña con una convicción profunda: demostrar que el liderazgo femenino puede transformar industrias tradicionalmente masculinas. “Ser mujer no es una barrera, es una ventaja estratégica en una era donde la sensibilidad, la intuición y la conexión emocional definen el verdadero lujo”.
A las jóvenes que sueñan con liderar marcas de lujo desde la creatividad, les deja un consejo contundente: “No te conformes con vender un producto; vende un sentimiento”. Recomienda conocer profundamente la historia de la marca, invertir tiempo en entender su legado y usar la imaginación para diseñar momentos inolvidables. “Atrévete a pensar diferente; la recompensa está en las ideas que realmente logran impactar”, dice, evocando a Steve Jobs: “La innovación distingue a los líderes de los seguidores”.

Así lo vivió en el lanzamiento del Porsche Taycan, el primer deportivo 100% eléctrico de la marca. “Tuvimos que vender el futuro, no solo el presente”, recuerda. El proyecto implicó romper paradigmas, conectar con la herencia de rendimiento y liderar en infraestructura, educación y cambio cultural.
Fue entonces cuando nació Porsche Destination Charging, una red nacional de cargadores gratuitos y de pago. “La confianza se construye con transparencia”; por ello, cada activación, conversatorio y experiencia de manejo está diseñada para mostrar que integrar un vehículo eléctrico en la vida diaria puede ser intuitivo, funcional y natural.
La conexión emocional con los clientes es, para Andrea, el corazón de su trabajo. “Vivo la marca, y eso me permite llevar la experiencia a otro nivel”, confiesa. Por ello, realmente, ella no organiza eventos, sino momentos familiares: desayunos íntimos, rutas por el país, encuentros intergeneracionales donde el nieto configura su Porsche junto con el abuelo que lo soñó décadas atrás.
“Ser lujo es ser exclusivos, y esa exclusividad nos permite conocer cada historia detrás de la compra”, explica. Por esta razón, al detallar lo que representa cada auto para un cliente (una meta, un logro, un deseo…), sabe cómo transformar la relación comercial en una experiencia de vida.
Su sueño pendiente es convertirse en instructora certificada de manejo Porsche y acompañar a más mujeres en su vínculo con la marca. “Visualizo llevar mi experiencia a un siguiente nivel, desde un rol que inspira, impulsa y abre camino”, dice con entusiasmo.
Fuera del mundo automotor, se conecta con su esencia a través del mar, el ejercicio físico y la exploración de la mente humana. “La inmensidad del océano me recuerda que siempre hay espacio para crecer”, filosofía que la acompaña en cada decisión.
“Visualizo llevar mi experiencia a un siguiente nivel, desde un rol que inspira, impulsa y abre camino”
Finalmente, revela un aprendizaje muy personal que ha moldeado su visión profesional: “Mi mamá me enseñó que el éxito verdadero se construye sobre la integridad”. Esa lección se traduce en una comunicación clara, cálida y empática, donde el respeto y la escucha son tan importantes como el mensaje. “Tratar al equipo y a los clientes como a tu entorno más cercano es el secreto para construir valor a largo plazo”, concluye, citando a Maya Angelou: “La gente olvidará lo que dijiste, pero nunca olvidará cómo los hiciste sentir”.
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