El lujo de vestir tu propia historia
- AUNO PANAMÁ
- hace 6 horas
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Mi experiencia con un traje a medida: cuando la moda se convierte en identidad

Jana Balkova. Fotos por Luis Gómez @gomezsufilms. Locación @hyattregencypanama
Hubo una época en que la palabra lujo evocaba la imagen de un artesano concentrado, trabajando en silencio bajo la luz natural de su taller. Cada puntada, cada corte y cada acabado se elaboraban con esmero, utilizando materiales de calidad superior, seleccionados por su rareza y distinción. No existían temporadas frenéticas ni urgencias por entregar: el tiempo era parte del arte, y la espera, parte del privilegio.
Pero el éxito tiene su paradoja: a medida que las grandes casas se tornaron icónicas, el deseo de poseer sus creaciones se convirtió en una aspiración colectiva. Lo que antes era herencia, oficio y savoir-faire se transformó en fábricas, producción acelerada y prisa.Así, el lujo comenzó a perder parte de su esencia: la imperfección perfecta del trabajo humano, la sensación de que algo había sido concebido para ti, no para un mercado global.

El retorno a lo único
Como respuesta, ha emergido una nueva corriente: el lujo personalizado. Un regreso a las raíces, pero con el valor añadido de la cocreación entre cliente y diseñador.
Aquí se entretejen relatos, aparecen detalles que escapan al ojo ajeno y hay algo que jamás podrá producirse en serie: autenticidad.
La diseñadora Paris Rodríguez se está introduciendo en Panamá de la mano de Avinnato, una plataforma de lujo con propósito. Síguelos en @avinnato

Cuando un sueño se convierte en realidad
Como especialista en lujo, no podía dejar pasar la oportunidad de vivir la experiencia más íntima y personalizada: la confección de un traje a la medida. No solo transformaría mi guardarropa, sino también mi manera de comprender la exclusividad.
Cuando la diseñadora colombiana Paris Rodríguez llegó a mi apartamento con una cinta métrica en una mano y una botella de champaña en la otra, supe que estábamos a punto de crear algo especial.
La atmósfera estaba impregnada de expectativa, de esa emoción que precede a lo desconocido. Nada estaba definido: ni las telas, ni los cortes ni los acabados.Cada encuentro con Paris era un diálogo entre mis deseos y su talento, entre lo intangible de mi personalidad y lo concreto de las formas, los colores y las texturas.

El arte de elegir
La selección de telas fue un momento revelador. Paris trabaja con los más finos materiales italianos, y al pasar el muestrario, elegir uno se volvió casi imposible. Al final, fue el color el que decidió por mí.
Según Paris, escoger un tejido es, en realidad, decidir cómo deseas proyectarte ante el mundo. Me conmovió profundamente su proceso creativo, su habilidad para diseñar una prenda pensada exclusivamente en mí, para acompañar mis movimientos, realzar mi figura y contar mi historia sin necesidad de palabras.
Cuando finalmente me probé el traje terminado, pensé emocionada: “¡Esta soy yo!”. No era una prenda cualquiera. Era mi traje.

Más que moda: conexión
Lo más inesperado de este viaje fue el vínculo que construimos con Paris.No éramos solo clienta y diseñadora, sino dos mujeres hilando una visión compartida, una obra íntima que fusionaba su arte con mi esencia.
Vestir un traje a medida es, en el fondo, un recordatorio de que el lujo no se compra, ¡se vive! Cada persona merece experimentar lo que implica vestir una creación que respira con su identidad, que se convierte en una segunda piel y que, con cada detalle, narra su historia única.
Porque, al final, no se trata solo de lo que llevas puesto, sino de cómo eliges vivir tu propia versión del lujo.
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