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Guatemala y sus colores

El país centroamericano se luce con sus lagos y volcanes, ciudades coloniales, cultura ancestral y diversidad gastronómica



Corina Briceño. Fotos por cortesía de la autora

 

Camino por las calles empedradas de La Antigua, luego de tomarme la foto de rigor bajo el arco de Santa Catalina. Parece que el tiempo se detuvo en esa ciudad rodeada de conventos, iglesias y viejos caserones que reviven la época colonial. La Antigua es Patrimonio Cultural de la Humanidad y una de las tantas razones por las cuales visitar Guatemala.

 

Sus mercados de artesanías también son otro motivo. Vale la pena perderse entre sus coloridos textiles hechos a mano con tanto detalle, los tradicionales huipiles, los adornos de madera, las máscaras, los tejidos ancestrales de la cultura maya y tantos otros artículos representativos.




 

En mi breve estadía por el país, aparte de pasear por esta ciudad, fotografiar los volcanes de Agua y Fuego y comprar artesanías, visité el Parque nacional Tikal, ubicado al norte de Guatemala en el departamento de Petén. Allí se levanta una civilización maya precolombina con templos y monumentos soberbios que sobresalen entre las copas de los árboles. Este espacio es uno de los puntos más visitados por turistas, además de La Antigua y el lago Atitlán que dejé para una siguiente visita.

 

¿Dónde comer?

Ciudad de Guatemala ha experimentado un crecimiento en su oferta gastronómica y se ha destacado en la región por su diversidad de ingredientes y producto local. Son tres los restaurantes que figuran en la lista de los 50 mejores de Latinoamérica 2023: Sublime, del chef Sergio Díaz; Diacá, de la cocinera Debora Fadul; y Mercado 24, de Pablo Díaz. Todos son parte de un movimiento que coincide en un solo norte: dar a conocer el país centroamericano como un destino único que presume su rica herencia cultural, bellezas naturales y cocina autóctona.

 




En Sublime, Sergio Díaz ha elaborado un menú degustación en conjunto con la antropóloga Jocelyn Degollado que repasa episodios claves de la historia guatemalteca desde la época prehispánica, resaltando ingredientes criollos. Díaz abrió su restaurante hace cinco años en una casa de dos pisos de la zona catorce, en la segunda planta está su otro concepto gastronómico llamado Patio San Román.

 




La cocinera Debora Fadul, reconocida también por The Best Chef Awards, tiene la virtud de conectarse con los ingredientes para hacerlos brillar, ¡cada plato está lleno de color! En su restaurante Diacá, el respeto por la estacionalidad es fundamental. Trabaja directamente con los productores y, junto con su equipo, cambia el menú siete veces al año.

 




En la zona cuatro grados norte, un barrio repleto de cafeterías, restaurantes y edificios modernos, está la panadería Miettes, que solo ofrece panes hechos de masa madre, una idea de Marta Méndez y su pareja Nils Saubes, ambos propietarios de otros negocios como la pizzería  L’Aperó y los bares de vinos La Clac y Suelo (ubicado en La Antigua).

 




Miettes es una muy buena opción para desayunar y sentarse un rato en la terraza que mira hacia la calle. A unas pocas cuadras está La Frutería, que no vende frutas concretamente, pero sí licuados de frutas preparados por su dueño Néstor Sical. Así comenzó cuando abrió hace tres años, luego agregó desayunos al menú, empezando por los chilaquiles, que no solo se comen en México, los tacos de birria, los huevos al gusto con frijoles y los sándwiches.

 

 

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