El nuevo Range Rover lidera con el ejemplo a través de una modernidad impresionante, un refinamiento perfecto y una capacidad inigualable. Con más de 50 años de evolución, se convierte en uno de los vehículos más magníficos de la marca Land Rover
Dulce Pérez Colmenárez. Fotos por cortesía de la marca
La década de los sesenta fue increíble para la ingeniería y la innovación británicas gracias a Spencer King, ingeniero en jefe para la época de Land Rover y padre fundador de la visión Range Rover, que se resumía en brindar comodidad al nivel de los mejores sedanes de aquel entonces, pero con la capacidad todoterreno característica de la marca.
El norte fue simplemente claro, nítido y apasionante; tanto que, para los ingenieros de hoy en día, es un honor absoluto ser custodios de esta filosofía que marca hasta la evolución de los actuales SUV (sport utility vehicle).
Después de varios estudios y pruebas, el primer Range Rover apareció el 17 de junio de 1970, lo que revolucionó al mercado automotor, ya que el usuario podía tener un vehículo refinado para la ópera, pero con la soltura para desplazarse por el campo.
Con esta dualidad, Range Rover supuso la aparición no solo de un auto nuevo, sino también de un segmento innovador, por lo que fue reconocido, casi de forma instantánea, como el carro que posee "un trabajo ejemplar de diseño industrial", cualidad que le permitió ser el primer vehículo exhibido en el Museo del Louvre en París, Francia.
Gracias al éxito de este modelo, en 1981, Range Rover pasó de tener tres a cinco puertas. Luego, en 1987, se convirtió en el primer Land Rover en comercializarse en el mercado estadounidense. Gracias a la demanda, en 1992, se creó su versión alargada.
La primera generación de Range Rover duró, específicamente, 25 años, para luego darle paso a la segunda generación, gracias a su popularidad entre interesantes clientes que van desde la nobleza terrateniente hasta importantes líderes en el campo de los deportes, entretenimiento, medicina, ciencia, negocios y política. Éxito que se logró al posicionarse como uno de los mayores símbolos de recompensa que se puede tener por un duro trabajo y triunfo ganado.
Ahora, después de la tercera y cuarta generación, los ingenieros de Range Rover se enfocaron en desafiar las expectativas y superar los límites, para lograr una quinta generación que resalta por su apasionante modernidad en su diseño exterior sin dejar de lado el interior, que es igualmente cautivador: su impecable carácter minimalista con un enfoque intuitivo apegado a la tecnología relevante crea, sin lugar a dudas, un lujoso ambiente de tranquilidad.
Ambas características hacen que el nuevo Range Rover, ideal hasta para siete pasajeros, sea uno de los autos más deseables del mundo, gracias también a su indiscutible atractivo emocional y aspiracional. Así, la quinta generación de esta marca enaltece —con gran capacidad, refinamiento y modernidad sorprendente— el signo actual de bienestar.
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