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Igor Kourany: Una obra impredecible

Actualizado: 23 dic 2020

Contemporáneo, futurista, vanguardista, experimental… es así como los apasionados del buen arte distinguen el trabajo de Kourany. Si bien las descripciones variarán de acuerdo con el bagaje cultural del espectador, lo cierto es que su obra no es sistemática, pues cada pieza te puede sorprender con una técnica, temática y concepto únicos, características que solo puede lograr un pionero del arte digital


Por Dulce Pérez Colmenárez / Fotos: Juan Vírgüez @capitolioproducciones

Igor Kourany


La genialidad de Kourany lo lleva a explorar nuevos mundos artísticos. Actualmente, incursiona con la escultura, sumándose esta disciplina a su larga lista de virtudes que incluyen el diseño industrial, la fotografía conceptual, la naturaleza y la arquitectura. Y es que su proceso creativo es aleatorio. “Me inspiro en todo lo que me gusta y me asombra”.


Su trabajo es genuino, pues no se esfuerza por emular la obra de otros autores; por ello, parte de su éxito proviene de desarrollar un lenguaje propio. “Estudio la luz de Hockney y Hooper; me gustan mucho las fugas infinitas de Chirico y Dalí, pero de eso a que tengan influencia sobre mí hay una distancia prudencial”.


Para él, el arte digital ofrece múltiples beneficios con respecto al arte tradicional. “No requiere de tanta parafernalia, no necesita existir físicamente y, sobre todo, ofrece la capacidad de ser editado a placer hasta obtener resultados satisfactorios”. Así se fue forjando Igor Kourany, pionero del arte digital en nuestro país. Se adentró a este mundo hace 25 años, desarrollando una propuesta aguda y creativa, digna de grandes exposiciones artísticas.


“Mis habilidades como arquitecto me permitieron hacer arte, pero no estoy seguro de que me sirvan viceversa”

“En el instante en que salieron las computadoras a nivel comercial, yo empecé mi exploración… aun antes de que existieran softwares de manipulación digital como se conocen actualmente”. La pasión que ejecuta en cada una de sus piezas se refleja a cada instante, por lo que no es sorprendente imaginarnos que su trabajo se exhibe, en igualdad de condiciones, en las mejores galerías panameñas y de corte internacional.


“Exponer mi proceso artístico en artículos y conferencias ha servido para validar el arte digital de forma similar, o hasta más, en comparación a las obras convencionales”. Una de las exposiciones más importantes para Kourany fue Fantastik Portraits (2013), pues todas sus piezas se vendieron antes de que él mismo llegara al evento y, además, fue una de las más concurridas.


Sin embargo, hay una obra de su autoría que jamás ha vendido: La plataforma estratosférica para la simulación del vuelo androide. “Es especial para mí, pues todo me lo inventé desde cero: un mundo futurista imposible en sí mismo”. Una de los detalles que nos encanta del trabajo de Kourany es su agilidad en el tratamiento del color, ya que con el uso perfecto de uno o dos tonos logra captar nuestra atención y detenernos en sus profundidades.


“Los sentimientos que experimente el espectador al contemplar mi trabajo son completamente suyos. Yo, al igual que el difunto maestro Cerati, no tengo emociones particulares o puntuales sobre mis cuadros. La gente es quien les da significados insospechados”.


“Soy un entusiasta cauteloso que vigila la realidad para intentar descifrar los enigmas de la vida a través del arte”

En cuanto a sus musas, ellas danzan entre amigas y conocidas extranjeras del autor. “No tengo preferencias estéticas; tampoco uso agencias de modelaje, porque pueden ser costosas; ni novias, ya que después se quedan con la obra (risas)”. Además de artista digital, Kourany es un reconocido arquitecto con una amplia trayectoria en el país y un apasionado de la navegación. “Soy capitán de nave de placer (bote) y me gusta explorar las costas panameñas. Es de las pocas cosas que disfruto a plenitud y con la cual me despejo la mente”.



Para este 2020, su panorama es claro: proyectarse a nivel personal como artista digital en el mayor evento artístico actual de este lado del Atlántico: el Miami Art Basel. Sería una excelente experiencia para que este artista panameño se impulse al máximo y muestre su filosofía: “Cuando se inventó la cámara (a finales del siglo XIX), el reto de representar la realidad pura a través de la pintura se extinguió. Ahora el arte consiste en crear lo que no existe. ¡Allí está el reto! Llevar al espectador de la mano a un viaje creativo, a fin de que experimente mundos imaginarios a los que no tendría acceso por sí mismo”.



Síguelo en: @arqkourany


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