Al combinar el exclusivo alto calibre de la relojería con una Vanitas subversiva,
Louis Vuitton orquesta un espectáculo deslumbrante con el Tambour Carpe Diem.
Este reloj virtuoso escribe un nuevo capítulo en la historia del reloj jacquemart
Habiendo producido varios pedidos especiales de relojes con autómatas en secreto para un selecto grupo de clientes, Louis Vuitton decidió levantar el velo del misterio creando un
de un modelo amable. Fueron necesarios dos años de desarrollo para que Tambour Carpe Diem se uniera colecciones de relojes de la Casa. “Nuestro objetivo era salirnos de los caminos trillados”, explica Michel Navas, maestro relojero de La Fabrique du Temps Louis Vuitton.
"Queríamos para llevar al jacquemart nuestra visión del siglo XXI con toda la energía y creatividad característica de nuestra marca desde que comenzó a producir relojes en 2002". Originalmente, los jacquemarts eran autómatas creados para marcar las horas en los campanarios de las iglesias.
Cuando los relojeros los miniaturizaron en relojes, su función se convirtió esencialmente
decorativo - para agregar un poco de diversión a la esfera - y el tiempo continuó siendo indicado por manos clásicas.
Con este reloj, Louis Vuitton quería devolver a los jacquemarts su significado original.
Para hacer esto, el marco del Tambour Carpe Diem se construyó alrededor
dos grandes ejes, un perfecto dominio de este tipo de calibre en el que el autómata es verdaderamente funcional ya que cuenta la hora a pedido, sin manos. Pulsando un pulsador, el escenario en miniatura de la esfera cobra vida en la muñeca y los protagonistas de la historia, la serpiente y el cráneo que desempeñan el papel de jacquemarts, indican el tiempo.
A esto se suma otro rasgo determinante en la creación de esta alta relojería.
reloj, un enfoque estilístico único sobre el tema histórico del arte simbólico de los Vanitas,
abordado de una manera positiva y subversiva.
Rendimiento de la relojería
No se contenta simplemente con dejar que el modelo marque el paso del tiempo, Louis Vuitton ha proporcionado complicaciones de reloj adicionales. El Tambour Carpe Diem tiene cuatro de estos. Una hora de salto, un minuto retrógrado, una pantalla de reserva de marcha y el mecanismo de los autómatas de los que también hay cuatro. "La destreza fue crear un movimiento mecánico que es bastante poderoso para integrar y operar suavemente todos estas funciones que nunca antes se habían reunido ”, explica Michel Navas.
En el Tambour Carpe Diem, la hora se puede leer a pedido. Para revelarlo, simplemente presione el pulsador con forma de reptil a la derecha de la caja. La cabeza de la serpiente central se levanta para revelar la apertura de la hora colocada en la frente del cráneo, mientras que la serpiente de cascabel la cola oscila hacia los minutos, colocada debajo del reloj de arena de reserva de marcha.
Mientras que las flores de monograma aparecen en lugar de un ojo, la mandíbula del cráneo emite una risa burlona de donde surgen las palabras “Carpe Diem” - “Aprovecha el día”, en palabras del poeta Horace, animando a la gente a aprovechar al máximo cada día que pasa.
Este asombroso espectáculo, que dura 16 segundos, es aún más notable
mientras el reptil y el cráneo se mueven de una manera tan desconcertantemente armoniosa. La legibilidad de este reloj de complicación única es incomparable.
Completamente desarrollado y ensamblado en La Fabrique du Temps Louis Vuitton, este calibre LV 525 demuestra una verdadera destreza relojera y actualmente es objeto de varios aplicaciones patentadas.
Otra característica única del Tambour Carpe Diem es el diseño de su movimiento. Visible
en la parte posterior del reloj, el calibre se ha ensamblado en forma de calavera,
haciéndose eco de las Vanitas en el dial.
Una estética contemporánea ultra sofisticada
Representados desde el siglo XV en relojes de bolsillo y relojes, estos cráneos, esqueletos
y los relojes de arena son una alegoría del paso del tiempo. Para traer esta Vanitas
actualizado, Louis Vuitton ha modernizado sus atributos, confiando su fabricación a
los mejores artesanos suizos como Anita Porchet para el esmaltado y Dick Steenman
para el grabado. Se dedicaron más de 50 horas de trabajo a esmaltar la serpiente y
el dial. Para dar vida a la serpiente de cascabel que aparece de perfil en el pulsador de la caja, Dick Steenman elaboró oro de una manera fluida y perfilada para acentuar
el efecto de rastreo.
Esculpido en oro con una precisión increíble, el cráneo, el reptil y el reloj de arena están realzados por la modernidad atemporal de los emblemas de Louis Vuitton. Como las flores del monograma grabadas en el cráneo, tatuado en las escamas de la serpiente o que aparece en rojo sangre en el ojo del cráneo enchufe.
La delicadeza, la transparencia y los colores del esmalte, que son particularmente
notable y realista en los dientes del jacquemart, realza el relieve en el dial, sugiriendo, incluso cuando no ha dado la hora, la idea de movimiento, inspirando los protagonistas del Tambour Carpe Diem en una celebración de la existencia.
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