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Tu presencia, tu mejor accesorio. Cuando el acto de vestirse se transforma en bienestar emocional

Más allá de la estética, el arreglo personal puede convertirse en un ritual íntimo de autocuidado. Por esta razón, hoy reflexionaremos sobre cómo la ropa, el maquillaje y los pequeños gestos frente al espejo activan energía, confianza y autenticidad. Vestirse con intención no busca cumplir estándares, sino reflejar el bienestar que nace desde adentro


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Karina Romero. Fotos por Luis Gómez @gomezsufilms


El autocuidado también se manifiesta en la forma en que elegimos vestirnos. Cada prenda, cada detalle del arreglo, tiene el poder de activar nuestra energía y reforzar la confianza. Vestirse con intención transforma no solo la imagen, sino la manera en que transitamos el día.


Mientras escribía este artículo, me asaltó una duda: “¿Estoy exagerando?, ¿está mal que me importe cómo me veo?”. Me visualicé frente al espejo, un pie dentro del pantalón y otro afuera, cuestionando si el maquillaje influía en mi bienestar. La respuesta fue clara: “¡Sí!”

Sin él, me invade una sensación de letargo. Me reí de mí misma y comprendí que no se trata de vanidad, sino de reconocer que las decisiones frente al espejo pueden convertirse en rituales de activación emocional.



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Para algunas personas, la apariencia no se vincula con la energía ni con la autoestima. No existe un ritual psicológico que conecte el arreglo con el estado de ánimo. Y está bien. No hay una forma “correcta” de hacerlo. Sin embargo, el concepto de enclothed cognition demuestra que la ropa influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos. Ciertas prendas activan esquemas mentales cargados de simbolismo y bienestar.


Aquí se revela la diferencia entre ritual e indiferencia. El efecto positivo surge cuando existe una intención, ya sea al maquillarse, elegir la ropa o usar accesorios que nos conectan con lo que somos. Incluso la postura, la sonrisa o la forma de caminar envían señales de activación al cerebro.


El contexto también importa. En culturas donde la apariencia tiene valor personal o social, el arreglo potencia el estado de ánimo; pero no se trata de cumplir expectativas ajenas, sino de reflejar el bienestar interno.



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Disfrutar el proceso de vestirse, maquillarse o elegir colores que nos elevan no significa que la autoestima dependa de ello. Es un acto de empoderamiento, un ritual que refuerza la presencia y la energía. Lo esencial es que el bienestar nazca desde dentro y que lo externo lo acompañe.


Aquí te dejo algunos consejos para activar tu energía y presencia, incluso sin maquillaje:

·  Ritual exprés: un peinado sencillo, piel hidratada o una prenda favorita pueden encender tu energía.


· Colores y texturas que inspiran: elige lo que te haga sentir cómoda y segura; los tonos que amas despiertan emociones positivas.


· Postura y lenguaje corporal: espalda recta, hombros relajados y una sonrisa auténtica refuerzan tu confianza.


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·  Respiración consciente: 30 segundos bastan para centrarte y aumentar tu presencia, incluso con un look minimalista.


· Accesorios con significado: un collar, pañuelo o prenda especial puede conectar tu estado de ánimo con tu imagen externa.


Reconócete, cuídate y celebra tu autenticidad. Cada elección frente al espejo representa una oportunidad para activar tu energía, fortalecer tu confianza y disfrutar de ti misma.

Que tu mejor accesorio siempre sea la energía que emanas desde dentro.


Con cariño,Kari

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