En contacto con la piel, la agilidad del felino parece tomar forma y la joya cobra vida
Foto por cortesía de la marca
Este collar convoca la familiar y apreciada imagen de la pantera, de la que toma prestado el motivo de su pelaje, así como su fuerza simbólica.
El pelaje estilizado del felino se incorporó al bestiario creativo de Cartier en 1914. Fieles al pelaje original, los motivos conforman aquí las manchas de la pantera. Mientras que el ónix pulido evoca las manchas, los diamantes blancos, amarillos y naranjas representan el grosor del pelaje de reflejos dorados, realzado por tres cautivadores topacios dorados, con un total de 27,34 quilates.
La construcción en volumen y la articulación de las partes laterales permiten respetar la geometría vertical del collar, al mismo tiempo que conservar su flexibilidad.
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