Juan forma parte de la tercera generación de una emblemática familia de orfebres en España. A pesar de su juventud, ha revolucionado el mercado joyero con la línea más jovial de la empresa Aristocrazy, la cual está cautivando importantes mercados en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa
Dulce Pérez Colmenárez. Fotos por Juan Vírgüez
A Juan le encanta el medioambiente y el deporte, por lo que siempre trata de pasar mucho tiempo al aire libre, así sea de forma solitaria. “Es como una vía de escape, meditación y relajación. La naturaleza te ayuda a relativizar mucho los problemas del día a día, ya que los convierte en un asunto pequeño y siempre será más fácil resolver dificultades mínimas que grandes”.
Actualmente, sueña con hacer una travesía de mil kilómetros en bicicleta por España. Reto que seguro lo renovará para crear más bellas colecciones dentro de su famosa creación; y es que Juan estudió Gemología en el Instituto Gemológico Americano, además de Comunicación Audiovisual y un máster en el IESE Business School, una de las mejores escuelas de negocios a nivel internacional.
Por lo que, con todo este aval, no dudó en tomar el impulso para crear una firma jovial dentro del portafolio de oportunidades que ya existía dentro de la empresa familiar Suárez. Así nació Aristocrazy, sello que ha querido democratizar la joyería para que llegue a un público más amplio, que desea adquirir bellos accesorios más ligados a la moda, y que resalten por diseños sublimes, alto proceso de realización, materiales preciosos y 100% joyeros.
“Aristocrazy es sofisticación, calidad y una dosis muy fuerte de excelencia a la hora de diseñar y fabricar joyas”
Éxito que, sin duda, también ha logrado gracias al apoyo de un excelente equipo de trabajo. “La pasión que hay en Aristocrazy es máxima, hasta tal punto de que nunca sabrías quién es el dueño cuando caminas por la oficina, porque el grupo de colaboradores vive la marca con gran intensidad y sentimiento de pertenencia. La firma la hemos construido de cero, desde un folio en blanco, y lo hemos hecho como si fuéramos una familia. Creo que además ayuda mucho ser una estructura muy plana donde todos tenemos responsabilidades en la estrategia de la compañía”.
Gracias a este entusiasmo por la excelencia, se ha construido una marca que resplandece por su creatividad, ímpetu, excelencia y honestidad. “En nuestra empresa, siempre apostamos por tener mucha calidad humana en el equipo, mantener un diálogo abierto entre nosotros y mostrar nuestra vulnerabilidad. Esta es una buena fórmula, porque elimina el miedo y las organizaciones con miedo suelen decaer. Nosotros no tenemos temor al fracaso, solo a la mediocridad”.
Aristocrazy también siente profundo respeto por las gemas y su entorno; por ello, sus piezas jamás son creadas con piedras sintéticas, sino con piezas naturales de la máxima calidad. “Yo ya conocía bien el mundo de las gemas por el negocio familiar. Desde pequeño, he viajado con mi padre por todo el mundo en busca de ellas. Además, los estudios que realicé en el Instituto Gemológico Americano te brindan conocimientos profundos sobre las gemas y su entorno. Este hecho hace que te enamores de sus elementos y respetes aún más tu profesión”.
Una de las cualidades más bellas de Aristocrazy es que sus colecciones sobrepasan unas a las otras gracias a su excelsa creatividad. Estas se inspiran en viajes, museos, exposiciones, joyas antiguas, diseños contemporáneos y, por supuesto, la moda. “Nuestro estudio creativo está conformado por diez personas, quienes traen frescura y atrevimiento a los conceptos”.
Gracias a esta constante búsqueda, encontraron la necesidad de crear piercings en forma de joyas. Sin embargo, no solo desarrollaron las piezas ideales, sino también la atmósfera con el estudio wanderland x Aristocrazy, a fin de que la clienta viviera toda una experiencia de alto nivel. “Una mujer Aristocrazy es fuerte, con presencia y carácter. Una fémina que no espera a que nadie le regale sus joyas; pero Aristocrazy representa a muchas mujeres y diversos estilos. Ese es el objetivo de la marca: lograr que numerosas damas disfruten del mundo de la joyería como lo hacemos nosotros”.
De esta forma, se ha construido una marca diferente y muy directa en su propuesta. “Aristocrazy ha venido a liberar a la joyería de los clichés ancestrales. Nosotros somos un sello moderno, con una calidad de producto basada en una gran experiencia en el mundo de la joyería y con una excelente atención en tienda. Esto la gente lo entiende y le gusta”.
Para el próximo año, Juan aspira a lanzar algunas colecciones muy novedosas en torno a los diamantes, así como a nuevas tipologías de piercing y otro elemento muy novedoso que haga un guiño a la moda.
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